¿Podrías llevar el mismo estilo de vida que tienes ahora si tus ingresos fueran 30% más bajos?
Si la respuesta es no, tienes un problema para la mejora de tu economía, quizás no ahora, pero si lo tendrás en el futuro.
Independientemente de cuál sea tu nivel de ingresos siempre vas a formar parte de una de estas categorías:
- Gastas más de lo que percibes y terminas acumulando deudas
- Gastas todo lo que ganas y no puedes ahorrar nada
- Ahorras un porcentaje de tus ingresos
Si te encuentras en las dos primeras categorías, es probable que te estés preguntando, ¿Cómo voy a poder ahorrar? Puede que te plantees tener dos trabajos o pedir un aumento, pero muchas veces la solución más terrenal es gastar menos de que se gana. Es lo más apropiado para mejorar tu economía.
Por eso es importante que realices un proceso de autoconocimiento y definas qué haces con tu dinero, lo que te permitirá hallar formas de gastar menos y ahorrar más para alcanzar los objetivos que te has marcado.
A continuación, te voy a presentar cuatro enemigos a los que vas a tener que enfrentarte para poder controlar tus gastos:
Acceso al crédito
Con frecuencia se tiene la sensación de que los bancos e incluso tiendas y centros comerciales tratan de regalarnos el dinero facilitándonos el crédito, pero no te engañes, este dinero gratis es una ilusión peligrosa, ya que nada es gratis y mucho menos el dinero. Las deudas de consumo suelen ser costosas, puede que termines pagando elevados intereses y demores el avance hacia tus metas personales y financieras. Este crédito es aun más peligroso cuando realizas compras que están fuera de tu presupuesto y del nivel de vida que deberías llevar según tus ingresos.
Mal uso de las tarjetas de crédito
Debes saber que si pagas la deuda completa de la tarjeta cada mes, las tarjetas de crédito ofrecen una forma fácil de comprar con un préstamo de corto plazo y libre de intereses. Pero si cargas con la deuda varios meses vas a tener que pagar intereses muy altos. Esto hace que las tarjetas sean un arma de doble filo, debido a que te facilitan el pago, pero también te animan a vivir por encima de tus posibilidades, ya que hacen fácil y tentador gastar dinero que no se tiene. Si tienes tendencia a cargarlo todo en la tarjeta y gastar más de lo que deberías con el plástico, deshazte de ella, aunque no lo creas, hay vida después de las tarjetas de crédito.
Gastar para sentirse bien: La peor práctica para la mejora de tu economía
Una mala noticia, el estrés de las obligaciones y cualquier otra situación negativa puede hacer que nos sintamos anímicamente bajoneados. Es allí cuando realizamos una compra poco meditada y que, aunque sabemos que hemos adquirido un capricho, creemos que está más que justificada porque…”me lo merezco”. Recuerda…un gasto que necesita justificación es un gasto innecesario, y si encima la justificación es para convencernos a nosotros mismos de la buena compra que hemos realizado, es un gasto absurdo. Así como hay gente adicta al alcohol, tabaco o televisión, algunas personas se vuelven adictas a la euforia que sienten al gastar. Si ese es tu caso, piensa que estás cavando tu propia tumba financiera.
Las influencias negativas del entorno
¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a alguien decir que no compró algo porque estaba ahorrando para la inicial de su departamento o para su jubilación? Puede que hace mucho o quizás nunca. Es tentador vivir en el presente y olvidarse de las metas y necesidades de largo plazo. Esta forma de pensar lleva a la gente a tener trabajos que odian y a vivir siempre endeudados. Recuerda que debes gastar en función de tus planes y deseos, no por lo que piensen los demás, ya que eso afecta la mejora de tu economía.
Sé cauto, muchas veces nuestros deseos nos llevan a excedernos para impresionar al resto al tratar de aparentar un nivel de vida que no nos corresponde.
